viernes, 19 de diciembre de 2008

VIDA DESPUÉS DE LA VIDA



(Texto leído en la tertulia de esta semana de la Casa de las Palabras respecto a la temática "La muerte").

Si tuviera que definirme en relación con mi creencia en lo paranormal me definiría claramente como escéptico, es decir, que prefiero creer solo en lo que ven mis ojos o pueden demostrarme científicamente. Lo demás son meras especulaciones o posibilidades, hipótesis en suma.


Siempre me ha obsesionado el tema de la muerte, como a muchos de ustedes, supongo, por ser algo cierto e invariablemente el destino de todos nosotros. Respecto a la muerte solo caben dos opciones: o temerla o ignorarla. Ignorarla es muy difícil, conociendo su inevitabilidad. Hace unos meses leí una entrevista con Philip Roth en la que aseguraba que allá por la treintena la idea de la muerte le obsesionaba, así que se hizo la siguiente reflexión: "Mejor olvidarse de eso por ahora. Ya me ocuparé cuando cumpla los setenta". Lógicamente lo traía a colación porque acababa de cumplir los setenta. "Sale el espectro", se titula uno de sus últimos libros. La lógica nos dice que al morir todo se acaba, es como si entráramos en un sueño profundo del que no despertamos más. Por eso me ha llamado la atención leer un librito, el famoso (aunque yo no lo conocía) "Vida después de la vida" de Raymond A. Moody. El libro, que tiene más de treinta años, fue el primero que se atrevió a investigar un fenómeno muy peculiar que les sucede a muchas personas que han sufrido una muerte clínica pero a los que los avances de la medicina han conseguido "revivir" en el último momento. Yo no voy a juzgar nada ni me voy a posicionar, sobre todo porque el asunto me produce perplejidad, aunque también un poquito de esperanza. Lo cierto es que existen miles de testimonios que siguen más o menos esta pauta (y cito literalmente el libro):


"Un hombre está muriendo y, cuando llega al punto de mayor agotamiento o dolor físico, oye a su doctor declararle muerto. Comienza a escuchar un ruído desagradable, un zumbido chillón, y al mismo tiempo siente que se mueve rápidamente por un túnel largo y oscuro. A continuación, de repente se encuentra fuera de su cuerpo físico, pero todavía en el entorno inmediato, viendo su cuerpo desde fuera, como un espectador. Desde esa ventajosa posición observa un intento de resucitarlo y cae en un estado de excitación nerviosa.


Al rato se sosiega y empieza a acostumbrarse a su extraña condición. Se da cuenta de que sigue teniendo un "cuerpo", aunque es de diferente naturaleza y posee unos poderes distintos a los del cuerpo físico que ha dejado atrás. Enseguida empieza a ocurrir algo. Otros vienen a recibirlo y a ayudarlo. Ve los espíritus de parientes y amigos que ya habían muerto y ante él aparece un espíritu amoroso y cordial, que nunca antes había visto: un ser luminoso. Este ser, sin utilizar el lenguaje, le pide que evalúe su vida y le ayuda mostrándole una panorámica instantánea de los acontecimientos más importantes. En determinado momento se encuentra aproximándose a una especie de barrera o frontera que parece representar el límite entre la vida terrena y la otra. Descubre que debe regresar a la tierra, que aún no le ha llegado el momento de su muerte. Se resiste, pues ha empezado a acostumbrarse a las experiencias de la otra vida y no quiere regresar. Está inundado de intensos sentimientos de alegría, amor y paz. A pesar de su actitud se reúne con su cuerpo físico y vive.


Posteriormente, trata de hablar con lso otros, pero le resulta difícil hacerlo, ya que no encuentra palabras humanas adecuadas para describir los episodios sobrenaturales. También tropieza con las burlas de los demás, por lo que deja de hablarles. Pero la experiencia afecta profundamente a su existencia, sobre todo a sus ideas sobre la muerte y a su relación con la vida."


No estamos comentando un estudio pseudociéntifico, sino un trabajo basado en cientos de entrevistas a personas de todos los estratos sociales que han pasado por experiencias parecidas. Simplemente expone este hecho objetivo, pero sin atreverse a ofrecer una explicación clara de lo que sucede en el momento de la muerte. ¿Son visiones de un cerebro moribundo que envía unas últimas señales placenteras para ahorrar el dolor de la muerte o son auténticamente entradas en otro plano de la realidad que desconocemos por completo? Existen sesudos análisis desde ambos campos, porque lo cierto es que es un hecho constrastado que se producen estas experiencias y existen miles de testimonios que lo corroboran. Merece la pena seguir investigando, aunque todo parezca un cuento de hadas demasiado perfecto como para ser cierto. Si todo se produce de ese modo, casi dan ganas de morirse. De todas maneras, tarde o temprano, queramos o no, ya lo descubriremos por nosotros mismos. A lo mejor nos llevamos una sorpresa y todo. Por mi parte, si todo esto es cierto, a pesar de que siempre odié bailar, en el momento de mi muerte me elevaré sobre el quirófano y bailaré por todo el hospital, esperando a que me recojan, conociendo lo que me espera. Será una hermosa "danza de la muerte".


Si alguien tiene algo que aportar a este debate, ha experimentado algo parecido o lo ha oído contar, agradecería mucho que lo comentara. Es un tema interesante.

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