lunes, 6 de julio de 2009

LA NOVIA CADÁVER (2005), DE TIM BURTON. EL NOVIO DE LA MUERTE.


Estimulado por lo mucho que me gustó "Los mundos de Coraline", que, aunque no es de Tim Burton, sí que está presente en espíritu, he disfrutado enormemente con el derroche de imaginación tenebrosa de esta producción "interpretada" en sus papeles principales por Johnny Deep y Helena Bonham Carter. Y es que resulta todo un detalle tomar a los actores fetiche del director, realizar una versión animada de los mismos y dotarlos de su voz (no me canso de repetir que las películas hay que verlas en su versión original en la medida de lo posible).

El joven Víctor, educado, apocado y torpe, pronuncia votos matrimoniales a una muchacha muerta, por un terrible error. A partir de aquí, las relaciones entre el mundo de los vivos y el de los muertos entran en divertido conflicto, desembocando en la invasión de nuestra realidad por los seres del inframundo con objeto de celebrar la más extraña boda que jamás se haya podido ver. La novia, a pesar de estar putrefacta y literalmente en los huesos en muchas partes de su cuerpo, resulta ser una muchacha encantadora. El resto de personajes resultan transparentes, es decir, espejo de lo son: hay algunos que respiran ingenuidad y nobleza y otros ambiciones materiales desmedidas. El espectador los identifica de inmediato. No hay ambiguedad en ello. Sí que existe cuando se presenta la vida en el otro mundo. ¿Resulta terrible? ¿aburrida? ¿interesante? Quizá es un espejo de la que conocemos, solo que eterna.

Es de agradecer que la trama no se estire artificialmente. De esto deberían aprender muchos directores, que creen que larga duración es sinónimo de calidad. Cada historia requiere un tiempo para ser contada. Lo superfluo y lo reiterativo desgraciadamente parecen estar de moda en la actualidad.


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