Se acabaron los tiempos de series como "El equipo A" o "El coche fantástico", series que repetían una y otra vez la misma fórmula en blandos episodios autoconclusivos. Desde hace algunos años, los creadores de televisión se han puesto las pilas y entregan series de calidad con argumentos originales y lujosos presupuestos. "A dos metros bajo tierra", "Perdidos", "Los Soprano", "Héroes" o la que nos ocupa "24", con claros ejemplos de respeto al buen juicio del telespectador al que, salvo escasas excepciones, el desarrollo de los episodios suele dejarle pegado en el asiento, con los ojos fijos en una "caja tonta", que como por arte de magia parece haber adquirido súbitamente una buena dosis de inteligencia.

Al contrario que en una película, en la que en dos horas deben presentarnos a una serie de personajes, desarrollar una historia y concluirla, las series de televisión pueden permitirse el lujo de hacer evolucionar con más lentitud a los protagonistas, por lo que el espectador puede llegar a una más profunda identificación con ellos. Además, no solo los conocemos en los momentos trascendentales de su existencia, sino que asistimos a acontencimientos más anodinos e íntimos, lo que nos hace comprender mucho mejor sus motivaciones y sus actos.

El primer capítulo comienza con la voz en off de alguien que se presenta como "Jack Bauer" y nos asegura que éste va a ser el día más largo de su vida. Ya desde este momento el telespectador advierte lo que va a ser una constante en la serie, y su característica más original: la utilización del tiempo real.

Cada episodio toma una hora del tiempo de los personajes (40 minutos para el espectador, ya que se van produciendo de vez en cuando pequeños saltos temporales, informados puntualmente por un reloj) y la acción tiene lugar en varios lugares diferentes, donde van sucediendo acontecimientos cruciales que agobian al espectador a cada instante y no le dejan apenas respirar y aún menos asimilar los constantes giros de la trama.

Uno de los mayores aciertos de la serie, al menos para el autor de este artículo es el personaje de David Palmer, que en esta primera temporada resulta ser el primer candidato de color con posibilidades de alzarse con la presidencia de los Estados Unidos. Dennis Haysbert compone magistralmente un personaje íntegro, de discurso hipnotizante que intenta llevar con la mayor dignidad posible la responsabilidad presidencial que se le va a otorgar.

Enfrentado a decisiones imposibles capítulo tras capítulo, va a ser uno de los mejores aliados de Jack Bauer a la hora de detener las más terribles conspiraciones terroristas, aún cuando tenga que recurrir a la tortura (uno de los aspectos más polémicos de la serie). Como sabemos, se trata de un personaje adelantado a su tiempo, pues unos años después de su aparición, Barack Obama se alzaría con la presidencia.

Obama es un político de características muy similares a las de Palmer. Da imagen de honestidad y posee el don de emocionar a través de la palabra. Esperemos que no tenga nunca que enfrentarse a situaciones límite tan espeluznantes como las de David Palmer.

En la segunda temporada, Estados Unidos debe enfrentarse a un intento de detonación de una bomba nuclear en Los Ángeles por parte de un grupo terrorista islámico. Parte del gobierno de Palmer está unido secretamente a esta conspiración, dejando que el ataque llegue hasta su última fase y detenerlo en el último momento con el fín de obtener la excusa perfecta para atacar a ciertos paises de Oriente Medio.

El argumento nos recuerda inevitablemente las mentiras que patrocinaron la guerra de Irak, un gran desastre para Occidente. Evidentemente, las cosas se complicarán y los episodios transcurrirán en una carrera contra reloj liderada por Jack Bauer para evitar el estallido de la bomba y la guerra subsiguiente.

El escritor Mario Vargas Llosa es uno de los grandes admiradores de esta serie. En un artículo publicado en "El diario de hoy" (24 de septiembre de 2006), se refiere a la facilidad con la que recurre a la tortura su protagonista:

"...su amante queda horrorizada de él cuando ve la glacial serenidad con la que tortura a reales o supuestos culpables para obtener información"

Serie altamente recomendable, plenamente situada en el mundo actual, fiel reflejo de los miedos y amenazas colectivas a las que se enfrenta el hombre de hoy.