sábado, 20 de marzo de 2010

EN LA CUERDA FLOJA (1984), DE RICHARD TUGGLE. APROXIMACIÓN AL LADO OSCURO.


En la época en la que había conseguido sus mayores triunfos con el personaje de Harry el sucio, Clint Eastwood decidió interpretar a este personajes, uno de los más complejos y ambiguos de su carrera. Como Harry el sucio, Block es un policía entregado por entero a su trabajo y de secos modales. A diferencia de Harry, es padre de familia, aunque su mujer le abandonó, es capaz de establecer una buena relación con sus hijas (aunque su alma herida trata de apaciguar su tormento a veces a base de alcohol) y su pistola es bastante más discreta que una magnum.

Block tiene un vicio secreto, que deriva en una doble vida favorecida por su actividad policial: le encanta acostarse con prostitutas y atarlas a la cama con sus esposas. Un vicio venial, en realidad, si no fuera porque un asesino va tras sus pasos asesinando a las prostitutas que va contratando.

Con estas premisas, el desconocido Richard Tuggle, seguramente con considerable ayuda del sólido director de cine que es Clint Eastwood, construyó un apreciable thriller que consigue sus mejores momentos en el acercamiento al mundo de la noche por parte de ese policía de personalidad un tanto retorcida. Tanto, que trata de explicarse los movimientos y motivaciones del asesino comparándolos con las suyas propias, quizá comparándolos con sus propias debilidades. La interpretación de Eastwood es memorable: sabe transmitir ambiguedad en cada gesto y cuando se enfrenta directamente al asesino, el grado de salvajismo por ambas partes es similar.

Película imprescindible para los seguidores de Clint Eastwood y recomendable para cinéfilos en general, "En la cuerda floja" bebe de los clásicos del cine negro, aunque de temática bastante más adulta. También hay que comentar que algunas escenas son inevitables deudoras del efectismo y estética de videoclip del cine de los ochenta.

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