domingo, 31 de octubre de 2010

MUERTE ENTRE LAS FLORES (1990), DE JOEL COEN. CAMINO A LA PERDICIÓN.

Una queja para empezar: ¿a quién se le ocurre titular "Muerte entre las flores" a una película que se llama "Miller´s Crossing". Ni siquiera salen flores en el film, al menos que yo recuerde. ¿No es esto un atentado cultural? En fín, los distribuidores hacen lo que quieren.

La filmografía de los hermanos Coen tiene dos etapas bien diferenciadas: la buena y la mediocre. Por desgracia, en la actualidad estamos padeciendo la mediocre, que, aunque de una calidad muy superior a la media del cine actual, palidece si la comparamos a las maravillosas cintas que rodaron en la década de los 90. "Muerte entre las flores" es junto a "Fargo", quizá la más emblemática.

La trama gira en torno a Tom Reagan, uno de los mejores personajes que ha dado el cine negro en décadas. Es un ser individualista, sucio y presuntamente amoral. Un auténtico hijo de puta, tal y como lo define su propia amante. En todo caso, su evidente falta de auténticos sentimientos le va a ser de gran ayuda para salir de los continuos atolladeros en los que se mete continuamente, en su afán por salir con vida de una guerra de bandas de la que, en parte, es agente provocador. En cualquier caso, su peculiar visión de la amistad se va a desvelar en el último tramo. Tom no desea bienes materiales ni espirituales. En realidad, ni él mismo sabe lo que quiere. Quien no tiene nada que perder, tiene ganada la mitad de la partida antes de empezar. Es extraño que un protagonista de una película de cine negro no se mueva por la codicia. Parece como si Tom se conformara con probar que está por encima del bien y del mal.

Si por algo destaca la película de los hermanos Coen, obviando su guión, es por su tratamiento clásico, dotándola además de una concepción contemporánea de la violencia. No hay un solo personaje que no sea corrupto, empezando por el alcalde y el jefe de policía de esta ciudad indeterminada donde siempre parece ser de noche. Otro de los aspectos que pueden destacarse (quizá porque tengo fresco el seminario de Recursos Humanos) es el tratamiento que se hace de la negociación durante todo el metraje. No basta con tener algo que ofrecer, hay que saber mostrar el producto como algo atractivo a ojos del que está enfrente. Y Tom es un maestro en saber venderse, en hacerse imprescindible para ambos bandos. Un Tom al que solo le importa conservar el sombrero sobre la cabeza un día más, ya que perdió su alma hace mucho tiempo.

2 comentarios:

  1. Tengo esta peli en mi estantería desde hace meses cuando alguien debió decirme que era buena o lo leí en alguna parte.

    Supongo que ahora me daré más prisa en verla. Así que gracias,

    un saludo de otro cinéfilo.

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  2. Muchas gracias a tí, me encanta haberte ayudado a decidirte a verla. Por cierto, hermosa ciudad Valladolid.

    Un saludo.

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