sábado, 14 de enero de 2012

WYATT EARP (1994), DE LAWRENCE KASDAN. PASIÓN DE LOS FUERTES.


Aunque se han producido varios intentos, el western es un género que no acaba nunca de resurgir. Las películas de John Ford o Howard Hawks crearon el arquetipo del vaquero íntegro, el pionero en la construcción de los Estados Unidos en rostros como los de John Wayne o James Stewart. Después llegaría la desmitificación que mató al género: la visión de Sam Peckinpah y otro, llena de buscavidas nihilistas. La culminación de esta visión negra y realista llegó con Clint Eastwood y su magistral "Sin perdón".

Lawrence Kasdan es uno de mis directores favoritos de los últimos años, aunque sea por ser el autor de esa visión de la vida contemporánea titulada "Gran Cañón", película que, por cierto, ya me va tocando revisar. En "Wyatt Earp" la mirada de Kasdan se posa en uno de los grandes mitos del oeste, un superviviente nato en cuyo currículum de sheriff está el mítico duelo en Ok Corral, que tantas veces ha retratado el cine, siendo sus versiones más conocidas las de John Ford y John Sturges. En esta ocasión se quiere profundizar en el personaje , intentando retratar al hombre antes que al mito.

Hay una escena de la juventud de Earp que me encanta, pues resume perfectamente lo que debía ser vivir en el oeste americano. Al joven Wyatt y su hermano su padre les encarga que vayan a un pueblo a comprar provisiones. Allí asisten alucinados a un duelo, uno de esos duelos a pistola que tantas veces nos han retratado como protagonizados por hombres fríos y calculadores. Pero en esta ocasión no es así. Se trata de dos borrachos que apenas se tienen en pie y que tienen que dispararse varias veces para matarse mutuamente a una distancia de dos metros. Supongo que esa escena se aproxima mucho más a la realidad del oeste americano que las que nos han mostrado tradicionalmente. Igual que si vemos hoy día una pelea en la calle el espectáculo será poco caballeresco.

Aunque la película dura tres horas, a mí no se me ha hecho larga. A esto ayuda una convincente interpretación de Kevin Costner que retrata muy bien la evolución de su personaje y su rápido aprendizaje para sobrevivir en un medio hostil: gran parte de su secreto consiste en tomar café en vez de whisky. El mítico enfrentamiento con los hermanos Clanton intenta aferrarse lo más posible a los hechos históricos y aparece desarrollado en varias fases. El contexto del tiroteo se encuentra en el conflicto entre los ganaderos y vaqueros tradicionales y la nueva ley burguesa de las ciudades, que se acabó imponiendo. Wyatt Earp aparece aquí como un defensor impecable de la nueva ley, por lo que se ganó muchos enemigos y perdió a varios hermanos en los enfrentamientos. Una visión muy interesante de un momento trascendental de la historia de los Estados Unidos.

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