jueves, 5 de abril de 2012

ANTOLOGÍA POÉTICA (1948-1981) DE MARIO BENEDETTI. UN POETA SOCIAL.


La muerte de Mario Benedetti hace tres años provocó una oleada de homenajes (yo asistí a alguno) al que era considerado el poeta del pueblo, de los oprimidos. Benedetti siempre fue un hombre de escritura sencilla y reconcentrada en su mensaje humanista. Así es también su poesía, que tantos cantautores han popularizado. En sus poemas observo dos vertientes: la intimidad amorosa, siempre celebrada como uno de las mayores dichas del universo y la escabrosa realidad de la política latinoamericana, simbolizada en el dolor del exilio de diez años al que se sometió después del golpe de Estado en Uruguay.

Aún así, a mí me ha gustado especialmente esta poesía, de las primeras suyas, que dedicaba a la cotidianidad de lo laboral, en su caso respecto a sus aburridas labores administrativas:

El nuevo

Viene contento
el nuevo
la sonrisa juntándole los labios
el lápizfaber virgen y agresivo
el duro traje azul
de los domingos.
Decente
un muchachito.
Cada vez que se sienta
piensa en las rodilleras
murmura sí señor
se olvida
de sí mismo.
Agacha la cabeza
escribe sin borrones
escribe escribe
hasta
las siete menos cinco.
Sólo entonces
suspira
y es un lindo suspiro
de modorra feliz
de cansancio tranquilo.

Claro
uno ya lo sabe
se agacha demasiado
dentro de veinte años
quizá
de veinticinco
no podrá enderezarse
ni será
el mismo
tendrá unos pantalones
mugrientos y cilíndricos
y un dolor en la espalda
siempre en su sitio.
No dirá
sí señor
dirá viejo podrido
rezará palabrotas
despacito
y dos veces al año
pensará
convencido
sin creer su nostalgia
ni culpar al destino
que todo
todo ha sido
demasiado
sencillo.

Sobre lo deprimente de algunos domingos vacíos, este magistral poema:

Socorro y nadie

Sólo un pájaro negro
sobre el pretil cascado
una línea de sol
en la reja de herrumbre
azoteas sin rostro
sin miradas
sin nadie
estúpido domingo
voraz
deshabitado

ahora se borra el sol
definitivamente
el pájaro se borra
y es un vuelo sin magia

como última señal
de vida
la camisa
oreándose en la cuerda
agita enloquecidas
blancas mangas
que reclaman socorro
pero abrazan el aire.

Unos versos muy filosóficos:

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

Acerca del absurdo de la muerte:

¿Cómo compaginar
la aniquiladora
idea de la muerte
con este incontenible
afán de vida?

¿cómo acoplar el horror
ante la nada que vendrá
con la invasora alegría
del amor provisional
y verdadero?

¿cómo desactivar la lápida
con el sembradío?
¿la guadaña
con el clavel?

¿será que el hombre es eso?
¿esa batalla?

Reivindicando la poesía social:

los obreros no estaban en los poemas
pero a menudo estaban en las calles
con su rojo proyecto y con su puño
sus alpargatas y su humor de lija
y su beligerancia su paz y su paciencia
sus cojones de clase
qué clase de cojones
sus ollas populares
su modestia y su orgullo
que son casi lo mismo


La imagen que ilustra esta entrada pertenece a Verónica Ruíz García. Dejo el enlace de su blog:

2 comentarios:

  1. Hola,

    me ha gustado mucho las líneas que le has dedicado a Benedetti. Pero he caído en tu blog por un motivo: es que la imagen que has utilizado para ilustrarlo es de mi amiga la pintora oriolana Verónica Ruiz García (como se indica en la entrada de mi blog http://nefelibatrad.wordpress.com/2009/05/24/primavera-en-granada-el-principio-de-la-disnea/).

    Si pudieras poner los créditos de la imagen y un enlace a su blog sería muy amable de tu parte y Verónica estaría muy contenta. http://veronicamediasnegras.blogspot.fr/

    Gracias por tu comprensión, un saludo,

    Pablo

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  2. ¡Hecho! Perdón por las molestias.

    Cordiales saludos.

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