martes, 30 de abril de 2013

DESAPARECIÓ UNA NOCHE (1998), DE DENNIS LEHANE Y ADIÓS PEQUEÑA, ADIÓS (2007), DE BEN AFFLECK. EL SILENCIO DE LOS INOCENTES.


Resulta curioso el hecho de que cuando iba a estrenarse esta película en Reino Unido acababa de producirse el secuestro de Madeleine McCann, una niña muy parecida a la de la película (aunque luego la trama no tuviera nada que ver), así que se decidió absurdamente que había que retrasar su llegada a las pantallas. Como si la televisión no estuviera bombardeando todos los días con el caso de la niña desaparecida, había que proteger al ciudadano británico de una película donde raptaban a una niña con un gran parecido físico. Al margen de esta anécdota, Adiós pequeña, adiós, es una adaptación que supera ampliamente al original literario, una novela muy convencional con algunas buenas ideas, pero que se pierde en su pretensión de complejidad, una trama que Affleck fue capaz de simplificar sin perder en ningún momento el mensaje del libro. Aquí el artículo:

http://asociacioncristobalcuevas.blogspot.com.es/2013/04/adios-pequena-adios-justicia-y.html

lunes, 29 de abril de 2013

DIOS EN PERSONA (2009), DE MARC-ANTONIE MATHIEU. EL TODOPODEROSO ENTRE NOSOTROS.


¿Qué haría usted si un buen día anunciaran en el telediario que Dios ha venido a hacernos una visita? Seguramente de la incredulidad pasaría rápidamente a la estupefacción. El Todopoderoso que nos presenta Mathieu es un anciano de rostro cansado y lenguaje enigmático en el que los sabios atisban rasgos divinos. Pronto es Dios el que se va a tener que enfrentar a los humanos tanto como los humanos a Dios, porque todo se reduce a un inmenso juego de preguntas y respuestas en el que imperan los claroscuros. Dios no puede respondernos porque su sabiduría es infinita y no podemos asimilarla. O porque es un misterio tan insondable que ni él mismo puede explicarse.

Así pues, este personaje tan misterioso y tan profundamente metafísico que dice ser Dios tiene que someterse a los caprichos humanos, por lo que es sometido a un juicio tan complejo que deja en pañales al proceso de Nuremberg, donde lo enfrentan al computador más potente del mundo ante la expectación de millones de seres humanos, para los que Dios se ha convertido en una tendencia, en un trending topic, como se dice ahora. Entonces, a Dios lo único que le queda es someterse al dictado de la moda, someterse al mundo como un producto de consumo moviéndose entre su realidad inescrutable y su imagen divina. 

Dios en persona es uno de los cómics más originales de los últimos años, porque la figura eterna del Creador no es más que una excusa para criticar a la sociedad actual, esa sociedad líquida de la que habla Zygmunt Bauman, siempre ávida de novedades, necesitada de que le muestren el último producto consumible, la última noticia para actualizar su estado en las redes sociales, que todo cambie para que todo siga igual. Y es que la auténtica señora del tiempo presente y del futuro inmediato es la publicidad, la omnipotente diosa del neoliberalismo. 

domingo, 28 de abril de 2013

EL CRIMEN DEL PADRE AMARO (1875), DE JOSÉ MARÍA EÇA DE QUEIROZ. LA ESENCIA DEL CATOLICISMO.


De Eça de Queiroz, el llamado "Galdós portugués", había leído anteriormente la magnífica novela La ilustre casa de Ramires. Como al escritor canario, a Eça de Queiroz le interesa analizar la sociedad de su tiempo y exponer al lector sus grandes males con la finalidad de que él mismo saque conclusiones. En El crimen del padre Amaro, esta obra mítica de la literatura anticlerical, dispara con artillería de grueso calibre contra la institución eclesiástica que, todavía a finales del siglo XIX, contaba en Portugal casi con tanto poder como en la Edad Media. La novela nos presenta una galería de personajes inolvidables, dedicados a la holganza y tratados como santos por las damas más beatas de Leiria. Es muy recomendable también el visionado de la gran adaptación cinematográfica del mexicano Carlos Carrera, que traslada la historia de Amaro a nuestros días en el país americano, introduciendo además los temas de la guerrilla, el narcotráfico e incluso la teología de la liberación. Aquí el artículo:



Aunque la literatura de Eça de Queiroz ha tenido una suerte muy desigual en España, El crimen del padre Amaro sigue siendo la más célebre de sus novelas y la que con más facilidad puede encontrarse en las librerías de nuestro país. Algunos de nuestros grandes escritores como Valle Inclán o Unamuno  fueron seguidores fervientes del portugués.

La inspiración para escribir El crimen del padre Amaro le surgió a Eça de Queiroz a raíz de su experiencia como administrador municipal en la pequeña ciudad de Leiria. El protagonista de la novela, un joven sacerdote, llega al municipio para hacerse cargo de una parroquia, después de pasar un tiempo ejerciendo en una olvidada aldea de las montañas. Amaro no es un sacerdote vocacional, sino que se ha visto obligado a estudiar en el seminario para no quedar desamparado. En realidad el protagonista siente una humillación íntima por tener que vestir los ropajes sacerdotales, por la tonsura que adorna su coronilla y, sobre todo, por el voto de castidad perpetuo al que dicha dignidad le obliga. Así pues, cuando conozca a Amélia, la hija de la señora que le hospeda, surgirá en él un sentimiento de deseo mucho más carnal que espiritual. Amélia es un ser inocente, que ha sido educada en el temor constante a un Dios mucho más severo que benévolo:

“En la escuela, en casa, por cualquier bagatela, le hablaban siempre de los castigos del cielo: de tal modo que Dios se le figuraba como un ser que sólo sabe dar el sufrimiento y la muerte y al que es necesario ablandar rezando y ayunando, oyendo novenas, mimando a los curas. Por eso, si alguna vez al acostarse olvidaba alguna salve, hacía penitencia al día siguiente, porque temía que Dios le enviase unas fiebres o la hiciese caer por la escalera.”

El microcosmos social de Leiria que presenta el autor portugués nos muestra un municipio (y por ende, un país) dominado por el poder eclesiástico, siempre temeroso de que las ideas revolucionarias y laicistas que se encuentran en desarrollo en otros países europeos impregnen a la sociedad portuguesa. Porque los sacerdotes presentados en la novela son practicantes habituales de la mayoría de los pecados capitales. Ante todo viven una existencia regalada de hombres santos con pocas obligaciones, más allá de decir alguna misa de vez en cuando. A esta permanente holganza unen un gusto muy sofisticado por la buena mesa y, en algún caso, también prueban las delicias de la carne del sexo opuesto, justificándolo en alguna conversación privada como una satisfacción de los sentimientos más naturales del ser humano, que no pueden ser obviados ni siquiera por un sacerdote. Precisamente el trágico desenlace de la narración tiene mucho que ver con las consecuencias de los apetitos sensuales de Amaro.

Como es lógico, la riqueza material en la que viven los sacerdotes, en comparación con la mayoría de sus vecinos, también cuenta con su correspondiente justificación teológica: 

“Que el cielo es también para los ricos. Usted no entiende el precepto. Beati pauperes, benditos los pobres, quiere decir que los pobres deben sentirse felices en la pobreza; no desear los bienes de los ricos; no querer más que el trozo de pan que tienen; no aspirar a participar de las riquezas de los otros, bajo pena de no ser benditos. Es por eso, sépalo usted, que esa canalla que predica que los trabajadores y las clases bajas deben vivir mejor de lo que viven va en contra de la expresa voluntad de la Iglesia y de Nuestro Señor. ¡Y no merecen otra cosa que un bastonazo, como excomulgados que son!”

Visto así, El crimen del padre Amaro no es más que un drama acerca de flaquezas humanas  que no pueden ocultarse, un drama sobre la hipocresía. Uno de los pasajes más interesantes de la novela es el del “Comunicado” que escribe uno de los protagonistas en la prensa local denigrando al clero de Leiria. Los representantes locales de la iglesia ponen toda la carne en el asador de su intolerancia con el fin de que sea desenmascarado el autor del artículo y poder así señalarlo como elemento anticristiano hasta el punto de que tenga que buscarse la vida en otra parte. 

La novela de Eça de Queiroz cumple a la perfección su función de denuncia social del desmesurado poder que detentaba en su tiempo una casta eclesiástica absolutamente parasitaria e indolente, sustentada en el poder de una tradición que consideraba un anatema cualquier idea nueva que surgiera fuera de las fronteras portuguesas. Como es bien sabido, la libertad de pensamiento es capaz de poner en peligro los intereses de una religión intransigente.

LA DUDA (2008), DE JOHN PATRICK SHANLEY. LA SOMBRA DE LA SOSPECHA.


Qué sensación tan extraña deja esta película. Es como haber pasado unas pequeñas vacaciones en un lugar plácido pero con cierto ambiente malsano cuyas causas uno no puede identicar del todo. Philip Seymour Hoffman interpreta al padre Flynn, un sacerdote tan carismático como el personaje de su última película, el falso redentor de The master. La hermana Aloysius (Meryl Streep), la directora del centro de enseñanza del centro de enseñanza de la parroquia es una mujer estricta, temida por los alumnos y por el resto de las monjas-profesoras. Es uno de estos seres de moral tan rígida que no conciben la menor discrepancia en su visión del mundo, una mujer que está acostumbrada a ser obedecida y a que sus palabras, aunque su discurso no siempre sea diáfano, sean comprendidas a la perfección y que se actúe en consecuencia.  Así pues, ante la mera sospecha de que el padre Flynn ha abusado de uno de los alumnos del centro (precisamente el primer niño de color que entra en la institución, estamos en los años sesenta), comenzará una campaña inqusitorial y sibilina para hacerle confesar un delito que fundamenta en indicios muy débiles.

Uno de los mayores logros de la película de Shanley, que se basa en su propia obra de teatro premiada con el premio Pulitzer, es no querer excederse en sus pretensiones de dirigir una obra pequeña, en la que las huellas de sus orígenes teatrales están muy presentes. El principal interés de Shanley está en obtener el máximo rendimiento de los magníficos actores y desarrollar una historia que perturba a un espectador que no sabe a que atenerse, puesto que las soluciones a un dilema moral no son fáciles. Por una parte, está el deber de protección del niño, pero por la otra tenemos la posible infamia al sacerdote. El director-autor quiere que su historia se parezca a las de la vida misma, que están repletas de ambigüedades y medias verdades. No es sólo el combate de lo nuevo, de una visión progresista de la vida contra otra tradicional, sino algo más profundo que implica a algo tan religioso como las almas de ambos contendientes.

 Bajo la aparente sencillez de esta realización, late la necesidad de visionar esta película en más de una ocasión, para poder apreciar con mayor nitidez sus numerosos detalles, poco apreciables a simple vista, pero importantes para comprender mejor una trama tan desoladora como el invierno interminable que nos muestra la pantalla.

miércoles, 24 de abril de 2013

SENSO (1954), DE LUCHINO VISCONTI. LA ÓPERA DEL AMOR.

La crisis de asistencia a las salas cinematográficas tiene su contrapartida en la edad dorada en la que vivimos respecto a las posibilidades de visionar cine en casa. Aunque para mí sigue siendo casi una costumbre ritual acudir casi todas las semanas a la oscuridad de la sala de cine (la concentración que se logra en la sala difícilmente puede ser superada en el hogar), la opción de tener acceso a un amplio catálogo de clásicos y modernos que ofrecen los aparatos domésticos resulta una tentación constante. El blue ray de Senso contiene una edición restaurada y el espectador queda seducido desde el primer momento por la majestuosa fotografía de la que se han recuperado los colores originales.

Senso tiene tanto de largometraje como de ópera. Su vocación de contar una historia (a pesar de contar entre sus guionistas con escritores tan consagrados como Paul Bowles o Tennesse Williams) no importa tanto como su vocación estilística, en la que hasta la guerra constituye un espectáculo colorido donde desarrollar una pasión amorosa. El contexto histórico es el de las guerras de unificación de Italia y la ubicación geográfica es la Venecia todavía ocupada por los austriacos. En esta ciudad, retratada de forma maravillosa, la condesa Livia se ve arrastrada a una pasión volcánica con un joven perteneciente al ejército del enemigo, el joven teniente Franz Mahler, un hombre que no entiende apenas nada de patriotismos, ni siquiera de patriotismo amoroso y sí mucho de hedonismo.

A pesar de la ya nombrada propensión estética, Senso es también un film muy literario, con evocaciones a las novelas de Stendhal o Lampedusa, en las que las tierras italianas son un personaje más de la trama y condicionan las acciones de los protagonistas casi tanto como un argumento operístico al que ronda el drama más intenso. Pocos comienzos de películas tienen la fuerza de éste: entre las notas de Il trovatore de Verdi, que suenan en el teatro de la Fenice, el público austriaco se ve sorprendido por una oleada de pasquines llamando a la expulsión del invasor. En pocos minutos dos caballeros se retan a duelo. En la actitud del teniente Mahler ya podemos intuir la moral del personaje y en las miradas de la condesa Livia, su futura perdición espiritual y moral. Senso es un film apasionado y apasionante, que apela constantemente al placer estético del espectador, ofreciendo a la vez el espectáculo del amor y del despecho humano.

domingo, 21 de abril de 2013

LA DESBANDÁ (2005), DE LUIS MELERO. MÁLAGA CIUDAD MÁRTIR.

Aún hoy estremecen esas fotos de nuestros antepasados inmediatos, huyendo desesperados de una ciudad que se había convertido en una trampa mortal, mientras eran bombardeados despiadamente por mar y aire. La novela de Luis Melero relata, a través de los ojos cada vez menos inocentes de su protagonista, los antecedentes y los hechos más crudos de nuestra Guerra Civil, en la que Málaga fue abandonada a su suerte casi desde el primer momento por el gobierno republicano debido a su difícil posición geográfica.

Tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Luis Melero la semana pasada en la que nos habló de sus técnicas para mantener el interés del lector durante todo el relato y de lo difícil que es vivir de la escritura hoy en día. Según contó, escribió seis versiones de La desbandá, de las cuales la quinta contaba con dos mil páginas. El trabajo de poda, uno de los más importantes de la escritura, debió ser tremendo. Terminado el acto, tuvimos la oportunidad de charlar con él de forma mucho más cercana y le pude plantear algunas preguntas sobre la situación de algunos barrios malagueños en la época en que transcurre la novela. Melero se mostró como una persona afable y extraordinariamente cercana. Quizá podamos celebrar en un futuro cercano un club de lectura en torno a La desbandá contando con su presencia. Aquí les dejo el artículo:



Nuestra Guerra Civil fue una tragedia tan inmensa que es imposible estar al tanto de todos sus detalles, de las tragedias cotidianas que se sucedieron en pueblos y ciudades y afectaron a nuestros antepasados inmediatos. Málaga fue una de esas ciudades mártires en la que se fue preparando durante años una catástrofe inimaginable, como una olla que se coloca a fuego lento y termina entrando en ebullición. Ya en el año 1931, recién comenzada la República, la ciudad mediterránea se hizo tristemente famosa cuando, en una sola noche del mes de mayo, una especie de locura colectiva acabó arrasando una buena parte de su patrimonio histórico en forma de iglesias y conventos quemados. Málaga fue durante aquellos años un microcosmos de las pasiones políticas, que se daban en toda España, desatadas entre comunistas, anarquistas, republicanos, socialistas, monárquicos y fascistas, entre otras tendencias, algo que se refleja muy bien en La desbandá.


El protagonista de la novela de Luis Melero es Mani, un joven que se encuentra en el paso de la niñez a la adolescencia en los meses previos a la Guerra Civil y que va a ser testigo (y protagonista) de hechos ante los que tendrá que comportarse como el hombre que no es todavía. Sus hermanos son representantes de algunas de las tendencias de pensamiento que dominaban la España de aquellos días: Paco, un comunista comprometido, Antonio, un anarquista inconsciente y que ha participado en hechos violentos, Ricardo, atraído por la vida eclesiástica y Miguel, mucho más preocupado por sus conquistas amorosas que por la política. La familia vivía en las callejuelas que desembocan en el antiguo convento de La Goleta, un barrio que a día de hoy conserva (en un estado lamentable) uno de los pocos corralones malagueños supervivientes de una época en la que eran vivienda habitual de muchas familias.  Los problemas de Mani y los suyos van a venir principalmente del barbero del barrio, un conocido falangista cuyo hijo es un activo militante del partido de José Antonio Primo de Rivera.


Lo que más destaca de la novela de Melero es el retrato tan efectivo y documentado que realiza de la ciudad en una época que muchos malagueños vivieron como una pesadilla. El escritor retrata ambientes, tipos humanos,  formas de pensamiento e incluso el habla local de una época en la que, a pesar de todo, nadie podía prever un final tan sangriento. Aunque la sublevación militar no triunfó en Málaga, su posición geográfica pronto la hizo muy vulnerable a la ofensiva del ejército nacional, cuya aviación la bombardeaba casi a diario. El avance de las tropas de Franco, apoyadas por los voluntarios de Mussolini y por la Luftwaffe alemana provocará que lleguen a Málaga oleadas de refugiados de los pueblos de alrededor, aterrados por la violencia de los legionarios y las tropas moras. Eso hace que la ciudad, falta de alimentos y bienes básicos, tenga que hacinar a esta gente que lo ha perdido todo en cualquier rincón, incluso en el interior de la catedral de Málaga, que ofrecía en aquellos días un espectáculo dantesco:


“Al cruzar la puerta de dimensiones colosales, el hedor que les golpeó en la cara tenía la consistencia de algo sólido. En el aire enrarecido se entremezclaban el humo de las hogueras, el aroma de guisos indescriptibles y el tufo rancio de la mugre, el sudor y los excrementos.”


Pero esta situación no va a ser más que la antesala del auténtico infierno, aquel que se desatará con la inminente llegada de los invasores y la huida de gran parte de la población malagueña por la carretera costera de Almería, única vía de escape que quedaba libre. Este suceso histórico, conocido popularmente como la desbandá, fue un bombardeo indiscriminado a la población civil, por mar y aire, aún más terrible que los acaecidos posteriormente en Durango y Guernika. Este éxodo de gente desesperada es narrado por Luis Melero de forma magistral, sin obviar los detalles más espantosos. Se trataba de personas absolutamente abandonadas por el gobierno republicano, que dejó caer Málaga en manos de un enemigo atroz y sediento de sangre. La desbandá es una novela imprescindible para conocer de primera mano los antecedentes y los hechos de uno de esos acontecimientos que tienen su hueco en la tristemente amplia historia universal de la infamia del siglo XX.

miércoles, 17 de abril de 2013

MÁS LIBROS LIBRES.


Si Borges imaginaba el Paraíso como una especie de biblioteca, seguro que no le habría importado incluir a las librerías en esta definición. Pero la librería de la que hablo es un establecimiento muy especial, que la convierte en más paradisiaca aún si cabe: cualquier visitante puede llevarse los libros que necesite sin más obligación que ponerles un sello para identificarlos como libros libres, es decir, fuera del comercio tradicional. También cualquiera puede llevar libros que ya no le sirvan para ser expuestos en las estanterías.

Pero Más libros libres es mucho más que un local repleto de volúmenes. Sus responsables organizan todo tipo de actividades culturales: cine, senderismo, conferencias, liberaciones de libros, todas gratuitas y abiertas a la participación de cualquier interesado. Esta es una iniciativa que ya funciona en otras ciudades y lleva un par de meses haciéndolo en Málaga, un proyecto muy acertado en una ciudad económicamente devastada que precisa, entre otras cosas, de la cultura para salir del pozo, para insuflarle vida a través de la energía de gente que busca nuevas formas de cooperación con la comunidad vecinal.

Pueden encontrar Más libros libres en calle Ara, una pequeña calle peatonal que desemboca en La Unión. Entrando en calle La Unión desde la avenida de Juan XXIII, es la segunda calle por la izquierda. Abren todas las tardes, de miércoles a sábado, de 18:30 a 20:30 y los sábados por la mañana de 11:00 a 14:00. Aquí les dejo su blog, para quien requiera de más información:

 http://maslibroslibres.wordpress.com/

martes, 16 de abril de 2013

DIARIO DE UN HOMBRE SUPERFLUO (1850), DE IVÁN TURGUÉNEV. LA VIDA: INSTRUCCIONES DE USO.


Observo distraídamente la reseña que dediqué hace año y medio a Padres e hijos, de Turguénev y leo con estupor que me comprometía en breve a seguir leyendo el volumen de este autor que tengo en mi estantería. Seguramente era un propósito firme y en la actualidad sigue siéndolo, pero en las lecturas, como en la vida, las prioridades van cambiando a un ritmo mucho más vertiginoso del que podemos advertir. En cualquier caso, la casualidad ha hecho que vuelva a este autor ruso, venerado en su país como uno de los grandes y desgraciadamente bastante olvidado en España, aunque sus obras siguen editándose, a veces en ediciones tan dignas como ésta de Diario de un hombre superfluo a cargo de Krk, que contiene un prólogo de Ágata Orzeszek que al lector le resulta casi tan imprescindible como la obra principal.

El hombre superfluo de Turgueniev es todavía joven, pero está viviendo sus últimas horas a causa de una enfermedad, así que escribe un diario a modo de distracción una crónica de su propia vida, aún sabiendo que la misma carece de importancia. Hijo de una familia acomodada venida a menos, el principal anhelo de Chulkaturin es aprender cual es su función en la vida, saber cual es su propósito respecto a los demás y respecto a sí mismo. Chulkaturin es uno de esos seres transparentes, pero no por la sinceridad de sus palabras, sino por la invisibilidad de sus actos. Es como si la vida tuviera unas instrucciones de uso y él fuera incapaz de entender las palabras del prospecto, que son claras para todos los demás. Aún viviendo en un pueblo pequeño, donde todos se conocen, el protagonista es un ser poco relevante y él no comprende el porqué. Siendo un ser humano, el enamoramiento es una pasión de la que no está exento, aunque en su caso tiene como fruto el sufrimiento y el ridículo, no el placer.

Diario de un hombre superfluo tiene mucho de literatura existencialista, es el discurso (que ni siquiera llega a grito, quizá por pereza) del ser humano que pasa por el mundo sin pena ni gloria, sin grandes ambiciones y sin saber disfrutar siquiera de los placeres pequeños. Su única posibilidad de felicidad, el amor correspondido, pasó de largo y ni siquiera le corresponden las cenizas de una mujer desengañada, por la que incluso llegó a batirse en un ridículo duelo. Pero todo esto carece de importancia: el hombre superfluo abraza la muerte con la indiferencia de quienes saben que no van a dejar huella alguna en el mundo. Hay que partir una lanza a favor de Chulkaturin: hay pocos personajes que, aun siendo protagonistas, resulten tan poco egocéntricos y más bien representen la antítesis del egocentrismo. En el fondo, Chulkaturin es el retrato de todos y cada uno de nosotros sin el uso de los espejos deformantes con los que manipulamos nuestra propia imagen.